lunes, 22 de junio de 2009

El malestar ciudadano

René Delgado (mural 200609)

Cuando el debate de una campaña electoral lo nutre ejercer o anular el voto, se entiende que la distancia entre ciudadanos y partidos está cerca de una fractura.

En ésas estamos y ese debate se ha tratado de ridiculizar -ahí está el payaso de Vicente Fox, calificándolo como "una jalada"- o de neutralizar con foros o promesas notariadas pero, en el fondo, se desprecia por los partidos: en vez emprender ahora una acción legislativa clara y contundente, se ha pretendido hacer creer que próximamente la ciudadanía será tomada en cuenta.

Pese a la desesperación supuesta en la anulación, los partidos no se conmueven. Saben que con muchos o pocos votos, legitimados o no, tendrán sus curules y, entonces, no ven por qué atender el malestar ciudadano.

El peligro de vaciar la democracia es que, esta vez, ese acto de repulsa es consciente, exige ir a la casilla y, ahí, dejar constancia de que no hay elección posible, y se da en una atmósfera sobrecargada por la violencia desplegada por los factores reales de poder -criminales o no- que, al reconocer la fragilidad del momento, aprovechan para apresar las instituciones nacionales y el Estado de Derecho.

* * *
Muy vieja data tiene el divorcio entre ciudadanía y partidos y, a pesar de los peligros que entraña para la solución pacífica y civilizada de las diferencias, los gobiernos y los partidos lo ignoran o, peor aún, lo agravan.

A excepción de la reforma política de finales de los 70, las demás han sido simples ajustes electorales. Esas otras reformas han puesto la energía y el esfuerzo en los derechos de los partidos, pero no en sus obligaciones y, desde luego, han menospreciado los derechos ciudadanos.

Sin duda era importante que el voto fuera contado y contara, pero eso no bastaba ni basta. Todos los demás instrumentos de participación ciudadana -excepción hecha del acceso a la información- fueron escamoteados. Los partidos se esmeraron en elevar a los mexicanos con mayoría de edad al rango de electores, pero no de ciudadanos.

Las mil y un reformas de Estado cacareadas durante los últimos años nunca rebasaron el nivel electoral. Abordaron, como de si abalanzarse sobre un botín se tratara, las reglas para repartir el poder entre los partidos; y despreciaron, como si de residuos tóxicos se tratara, las reglas para rendir cuentas a la ciudadanía sobre el ejercicio de ese poder. Más de dos décadas se ocuparon en ajustar el porcentaje para el registro de los partidos, en aumentar sus prerrogativas, en integrar los órganos regulatorios, en normar su propaganda... pero siempre se dejó para otra ocasión ampliar la participación ciudadana.

* * *
A esa conducta se agregó otra más peligrosa. Fincar las campañas electorales en la confrontación y la polarización ciudadana sin preocuparse, después, por reponer puentes de entendimiento entre ella.

En el 2000 pasó desapercibido ese peligro porque se decidió pagar el precio de la alternancia pero, luego, el foxismo no quiso ni supo convertir la alternancia en alternativa para consolidar la democracia. Desperdició la oportunidad de transformar el poder y rediseñar el régimen.

Luego, en el 2006 se echó mano del Estado de Derecho para eliminar a un adversario así como del discurso de los pacíficos contra los violentos, de los criminales de cuello blanco contra los pobres pero honestos. Ahora, el partido en el Gobierno no tiene empacho en presentar la elección como la opción de estar con o contra el crimen y de usar el combate a éste como instrumento de campaña.

A la ciudadanía se le ha confrontado poniéndole un cuchillo entre los dientes para que salga a encarar al otro -su vecino, su paisano, su compañero de trabajo- como el causante de que el País no salga del agujero a donde lo han llevado los partidos.

Incapaces de resolver sus diferencias, los partidos las trasladaron a los ciudadanos hasta generar un profundo desencuentro nacional.
* * *
Desinteresados en legitimarse en las urnas sobre la base de darle contenido ciudadano al continente que son los partidos, los Gobiernos emanados de esas elecciones han recurrido a otros instrumentos para consolidarse en el poder.

Si a Salinas el quinazo le vino como anillo al dedo, Calderón vio en el crimen organizado al enemigo común al que la nación en su conjunto y sin chistar tenía que hacerle frente. Así, sin estrategias ni planes, se ha embarcado a la Nación en una y otra aventuras.

Ahora mismo, aun cuando se exhiben como trofeos de caza las detenciones, los decomisos, las incautaciones y los operativos, el resultado de esa aventura no es muy alentador: el autoritarismo cobra fuerza, la violencia aumenta y la garantía a la integridad, el patrimonio y la seguridad de la ciudadanía sigue siendo una quimera.

Hasta el lenguaje ha sido trastocado por la violencia. Los encobijados, los encajuelados, los ejecutados, los decapitados, los cocinados y, ahora, después de ver los cuerpos aparecidos en Uruapan, los destrozados... son palabras de uso corriente. El grado de la violencia exhibe el nivel de impunidad prevaleciente, no la victoria del Estado de Derecho.

* * *
Sin reformar el poder, sin legitimarse en las urnas, polarizando a la gente e integrando la violencia a la costumbre, Gobiernos y partidos se han echado en brazos de los factores reales de poder al precio de soltarles las riendas de su voracidad.

Como a esos factores de poder, Gobiernos y partidos no pueden dispensarles trato criminal porque, a fin de cuentas, se han asociado con ellos para sostenerse al frente de las instituciones, el chantaje, la imposición, el privilegio, la transa y la arbitrariedad se han convertido en la forma de entendimiento con ellos. Sin relleno ni respaldo ciudadano, Gobiernos y partidos sucumben ante esos factores de poder y, por lo mismo, sacrifican los intereses nacionales en favor de los intereses particulares de sus patrocinadores.

* * *
Hasta hoy, los anulistas no han conseguido nada. El canto de los partidos asegurando tenerlos presentes es música de fondo. Deben sostener y aumentar la presión hasta arrebatar, antes del 5 de julio, la convocatoria a un periodo extraordinario a realizarse por la actual Legislatura. Es ahora, no mañana. Exigir una acción legislativa clara, contundente y asertiva -se antoja, la reducción del número de integrantes del Congreso de la Unión, con aplicación al 2012- para, entonces, votar en vez de anular el voto.
Hay tiempo, poco, para darle contenido ciudadano al continente de los partidos. Otra cosa es fijarle fecha a la fractura.

sobreaviso@latinmail.com

martes, 9 de junio de 2009

Precisiones

sábado 6 de junio de 2009

LAURA CASTRO GOLARTE

Los movimientos ciudadanos que proponen a los electores anular sus votos en las elecciones del 5 de julio, las locales en Jalisco para la renovación del Poder Legislativo y de munícipes de 125 ayuntamientos; y las federales para elegir a los legisladores de la Cámara de Diputados, ha generado un debate interesante y alentador, entre ciudadanos que manifiestan posturas diversas.
Desde la clase política, en cambio, la propuesta es rotunda y sonoramente descalificada y satanizada, al grado que, a sabiendas de que es diferente, enfatizan que no ir a votar deja en evidencia la irresponsabilidad cívica de quienes apoyan la idea.
Parece que no, pero esta manipulación de conceptos genera confusión.
Pues bien, no votar, es decir, ni siquiera asistir a la casilla electoral el día de la jornada, es lo que se conoce como abstencionismo. Ciudadanos que por alguna razón (incluso sin ella) no ejercen su derecho.
Anular el voto no es abstenerse. Los ciudadanos que toman esa decisión sí acuden a la casilla y optan por no entregar su valiosísimo voto a ningún candidato registrado.
Hasta ahora, la clase política (léase dirigentes de partidos políticos, candidatos, funcionarios públicos, líderes religiosos, caciques locales, cúpulas empresariales y sindicales) le han dedicado mucho tiempo a denostar a los promotores del voto nulo, pero en ningún momento han manifestado la más mínima preocupación con respecto a los motivos.
Rehuyen el análisis y, concentrados en su objetivo electoral del 5 de julio, no atinan a darse cuenta (y si acaso se percatan del fondo, la estrategia es errónea) de que la movilización de la ciudadanía tiene su raíz en una clase política que no funciona, es ineficiente, desoye las demandas ciudadanas, menosprecia y desestima la participación cívica, diseña y aprueba leyes a modo, es corrupta, manipuladora y autoritaria.
La descalificación que del movimiento están haciendo los partidos políticos, sus candidatos, organismos electorales y jerarcas de la Iglesia católica, sólo contribuye a fortalecer el convencimiento de muchos mexicanos y jaliscienses, de que desde el poder, se hacen oídos sordos a los gritos de la sociedad.
Se ha señalado que anular el voto “no contribuye al fortalecimiento de la democracia en México”, pero si hay un movimiento creciente para votar nulo, es porque la clase política es la que no aporta nada a esa democracia que tanto ensalzan y hacen como que practican.
Es una opción y atribución del ciudadano dar su voto al candidato de algún partido, también es una opción no votar y es una opción anular el voto… O qué ¿acaso no vivimos en democracia? Y, en todo caso, es una propuesta, no una imposición… precisando.

lunes, 1 de junio de 2009

Este 5 de julio. VOTA INDEPENDIENTE

Este 5 de julio. VOTA INDEPENDIENTE

Al pueblo de México:

A sus ciudadanos:

CONSIDERANDO:

    Que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el derecho de los ciudadanos mexicanos a votar y ser votados.

    Que el sistema de partidos políticos en México está en una profunda crisis.

    Que el modelo de representación popular se encuentra agotado por el monopolio del poder de los partidos políticos, creando una grave falta de credibilidad en los procesos electorales y conlleva a desarrollar formas autoritarias en la toma de decisiones de los gobernantes y legisladores.

    Que las últimas reformas electorales garantizaron los derechos de los partidos políticos y no de los ciudadanos.

    Que no basta manifestar nuestro rechazo y desacuerdo, sino que es necesario convertirlo en propuestas legislativas y organización ciudadana y un amplio movimiento.

    Que es necesario que los ciudadanos del país conquisten por la vía del voto a través de las candidaturas independientes ciudadanas el derecho a la representación popular.

    Que el costo de los partidos y sus campañas en México, es un agravio para la sociedad mexicana.

    Que es necesario renovar la vida pública y política de nuestro país.

    Que frente a esta crisis general, es necesaria una salida democrática y no más autoritarismo, partidocracia y concentración del poder.

Por tanto:

LLAMAMOS A

PRIMERO: Participar en el inicio de un movimiento por la democracia efectiva que busca rescatar el derecho constitucional de los ciudadanos de decidir libremente por quién votar, ser votados y ser consultados.

La primera manifestación de este movimiento se realizará este 5 de julio de 2009, a través de un plebiscito ciudadano para VOTAR INDEPENDIENTE por candidatos y propuestas, firmando en un documento-mural a favor de una reforma electoral que modifique el actual sistema electoral que monopolizan los partidos políticos, permita el registro de candidaturas independientes y que reduzca sustancialmente los gastos de campaña, comunicación y propaganda.

Estos murales de papel serán colocados en lo posible, frente a las casillas oficiales del IFE, contando con una mesa y una manta que las identifiquen, para plasmar ahí la firma de los ciudadanos participantes. Para hacer de esta protesta una propuesta legislativa, se pondrá a la vista un documento para firma, con nombre y número de credencial de elector en cada mesa que hayamos colocado, donde podamos y con el esfuerzo de todos.

El 5 de julio, será el punto de partida de una amplia iniciativa civil a favor de la democracia política.

SEGUNDO: Que a través de estos murales y firma de propuesta legislativa, se exprese la opinión de los electores sobre si se está de acuerdo con el actual sistema electoral, el monto del pago de prerrogativas a los partidos y campañas de contenido vacío, sin propuestas ni programas.

TERCERO: Expresar también, de manera precisa, si se está de acuerdo con las candidaturas independientes y contra el monopolio exclusivo que tienen hoy los partidos, como vía única para ejercer el derecho de los ciudadanos a ser votados.

CUARTO: Que este 5 de julio sea una protesta con propuesta para ciudadanizar la política, exigir rendición de cuentas y rechazar la partidocracia que monopoliza las decisiones.

QUINTO: Que hagamos de esta jornada un acontecimiento que forme parte de los movimientos precursores por el ejercicio democrático al referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular.

Este 5 de julio: Vota por tus derechos. Vota independiente

El repudio toma forma


ÁLVARO DELGADO

Ante la frustración de los ciudadanos que no encuentran una oferta
electoral creíble, pese a la costosísima infraestructura de los
partidos y los órganos electorales, en crecientes segmentos de la
sociedad –sobre todo a través del instrumento de moda, las páginas de
internet– se extiende una campaña, paralela a la de los partidos, para
que el 5 de julio la gente acuda a las urnas y anule su voto. Entre
quienes participan en ella hay de todo: jóvenes blogueros, políticos
descontentos, analistas y ciudadanos que simplemente están, y así lo
dicen, hartos del sistema…

De la frustración, el resentimiento y el desprecio que concita el
degradado sistema político mexicano emerge, desde vastas zonas del
país, un movimiento de ciudadanos que convoca a poner un “hasta aquí”
a los políticos, los partidos y la representación popular, como la
Cámara de Diputados, a través de una acción insólita: ir a las urnas
sólo para anular el voto.
Se trata de un fenómeno espontáneo que empezó a tomar forma organizada
en Puebla, en marzo pasado, y que se ha extendido con rapidez a varios
estados de la República, sobre todo a través de páginas de internet y
blogs y que se propone, en las elecciones del 5 de julio, lo que
parece una paradoja estéril: reformar el sistema político mexicano
repudiándolo.
“Anulando el voto estamos diciendo que este sistema no funciona y que
queremos cambiarlo, y tenemos la esperanza de que el mensaje sea de
tal manera fuerte e inevitable que fuerce a los políticos a entrar en
una reflexión para reformarlo”, explica Gabriel Hinojosa Rivero,
dirigente del movimiento Gobierno de Segunda Generación (G2G), pionero
de esta singular protesta, que ya le generó amagos de castigo en
Puebla.
“Rechazo a los partidos y sus candidatos, pero no a la democracia”,
aclara el movimiento “Tache a todos” que encabeza Hinojosa, quien con
ese nombre lanzó una página de internet que expone las razones para
anular el voto, instruye cómo hacerlo e inclusive convoca a un
concurso de cartel y video con premios de hasta 21 mil pesos.
Primo de Felipe Calderón, jefe del Ejecutivo, y primer alcalde del
Partido Acción Nacional de Puebla capital, militancia a la que
renunció en 2004, y aspirante a ese mismo cargo en 2007 con el apoyo
del Partido del Trabajo, Hinojosa afirma que es preciso que haya
candidaturas ciudadanas, reelección de legisladores, reducción de
diputados y creación de partidos municipales.
En este movimiento, aclara, nada tiene que ver Calderón: “Le tengo
aprecio y respeto como pariente y como presidente también, pero queda
claro que yo no estoy en su proyecto y que tengo una trayectoria muy
clara desde antes”.
–¿Han hablado sobre esto?
–Sí, desde luego. Desde antes de todo esto él dijo: “Tengo gran
aprecio por tu capital político en Puebla. Me da mucha pena que no lo
insertes en mi partido, pero respeto profundamente que sigas tus
propias convicciones”. Él lo lamenta, pero lo respeta. Y yo lo aprecio
y lo respeto a él.
Con diversos nombres, pero con el mismo objetivo de repudio a los
políticos mediante la abolición del voto en la casilla, estrategia que
contrarresta al mismo tiempo la abstención –dicen sus promotores–,
proliferan iniciativas en la Ciudad de México y en varios estados del
país, cuyos diagnósticos, agenda de discusión y aun la creatividad
para persuadir a los potenciales “anulistas”, difieren.
En Jalisco, por ejemplo, el lema del movimiento que inclusive ya
irrumpió en las calles de Guadalajara el viernes 22 de mayo, es
categórico y ha concitado controversias: “Para políticos nulos, votos
nulos”.
Carlos Páez Agraz, quien junto con Gladis Martínez, Margarita Sierra,
Etienne von Bertrab, Bernardo Jaén, Jaime Meade y Juan Carlos Soto
comenzó el movimiento en esa entidad, no tiene duda: “La enfermedad de
México es su régimen. Tenemos que cambiarlo de manera no violenta y la
primera etapa es: Así no”.
Con base en el artículo 39 constitucional, que establece que el pueblo
tiene en todo momento el inalienable derecho de alterar o modificar la
forma de su gobierno, el grupo promotor de Jalisco comenzó a reunirse
en abril para revisar datos sobre armonía, prosperidad y
sustentabilidad, que “demuestran que caemos en picada”.
Expone: “Conviven una crisis económica que parece devastadora, la
descomposición política, los crecientes niveles de violencia, y
estamos entre los tres países más corruptos y violentos del mundo. El
tejido social está desgarrado, 84% de mexicanos desconfiamos mucho de
otros mexicanos. Estos problemas de primer plano ya no pueden ocultar
uno peor, que es el deterioro del territorio”.
En entrevista por correo electrónico, Páez Agraz, ingeniero civil de
41 años de edad y consultor de organizaciones sociales, afirma que el
primer paso para transformar el sistema político es el grito de “hasta
aquí” que representa anular el voto en la casilla.
“Existen muchas propuestas de modificaciones a las leyes tremendamente
inteligentes y bien planteadas: juicios orales, revocación de mandato,
candidaturas ciudadanas, el agua como derecho humano, ordenamiento
territorial, control social de lo público, etcétera. Muchos ciudadanos
y organizaciones están preparados para construir una agenda y empezar
a deliberar. La pregunta es si debemos meterle más parches a nuestro
contrato social o si tenemos que diseñar uno nuevo.”
El movimiento “políticos nulos, votos nulos” ha establecido una red de
comunicación con activistas de Puebla; Torreón, Coahuila; Mexicali,
Baja California; y el Distrito Federal, con los que se trabaja vía
electrónica, sin conocerse personalmente, cada cual con sus
peculiaridades.
“Ver a México como un todo es muy complejo en este momento. Cada
estado de la República tiene sus particularidades, cacicazgos, pero
también tiene ciudadanos interesados. Lo que está claro es que, sin
distinguir colores, los políticos no tienen nada que presumir ni nada
que prometer que sea creíble”, subraya el activista.
Y pone el ejemplo de su propio estado: “Jalisco ha hilvanado 14 años
de gobiernos estatales panistas, quienes han encontrado el camino para
coexistir con los demás partidos mediante el reparto de puestos,
poderes y presupuestos. Los sindicatos siguen controlados por el PRI,
Francisco Ramírez Acuña tiene sometido al PAN, Raúl Padilla López,
exrector de la Universidad de Guadalajara, controla brutalmente a
muchos académicos, al PRD estatal y a un sector importante del PRI.”
Resume: “Jalisco parece estancado políticamente en los setenta, pero
con el PAN al mando. Para muestra el Chinguen a su madre que nos
propinó el actual gobernador, Emilio González Márquez, el año pasado.
En democracia, en cuatro horas estaría fuera y con proceso legal
abierto”.
En San Luis Potosí el movimiento se reduce sólo a la capital, reconoce
Noel Algara, un expanista de 29 años de edad y líder de un grupo de
rock, quien sin embargo prevé crecimiento de la propuesta de anular el
voto por el desencanto generalizado en la política, como a él le
ocurrió:
“El cansancio por nuestro desigual y excluyente sistema político, la
molestia de ver consolidada una partidocracia en México, un IFE al
servicio de los intereses partidistas y una democracia vapuleada,
prostituida y engañada por unos cuantos de siempre, fueron algunos de
los motivos que reunieron a varios amigos para buscar la manera de
generar una conciencia alternativa.”
–¿Con qué estados se ha establecido comunicación?
–Hemos sido visitados en internet por gente de Aguascalientes y de
Chihuahua. Se animan al saber que hay muchas personas con intención de
anular su voto y decir ¡ya basta! En sus respectivos estados también
se escuchan las mismas voces. Esto está creciendo.

Boicot efectivo, no abstención

El llamado a anular el voto en las elecciones del 5 de julio cobra
relevancia en el contexto de la guerra sucia entre los partidos
políticos, el selectivo embate policiaco del gobierno de Calderón
contra opositores y, sobre todo, el desastre económico del país
acreditado por las propias cifras oficiales.
Junto con diagnósticos y agenda consistentes para argumentar por qué
es políticamente útil anular el voto, aparecen también convocatorias
desenfadadas y hasta humorísticas con el mismo fin, como la del blog
“Yo voto por quien quiera”, dirigido a los jóvenes y que llama a votar
por un ídolo.
En vez de cruzar toda la boleta, se propone escribir en el espacio en
blanco de la boleta el nombre de personajes como Kurt Cobain, Pancho
Villa, Jim Morrison, Tin Tan, Juan Rulfo, John Lennon, Sor Juana Inés
de la Cruz, Jimi Hendrix, María Félix, Aristóteles, Frida Kahlo,
Simone de Beauvoir, Che Guevara, Heath Ledger, Emiliano Zapata, Benito
Juárez o Ricardo Flores Magón…
“Esta es la forma como protestaremos contra la corrupción del sistema
político mexicano. Queremos que nos escuchen, que nos vean, que nos
lean”, subraya la convocatoria, y aclara que no se debe votar por
alguien que esté vivo, y pone el ejemplo del actor Diego Luna.
“Nadie nos asegura que el PAN, PRI, PRD, Verde, Convergencia, Panal,
PT, PSD o el que sea, después lo contraten para que salga en un
anuncio televisivo pagado por nosotros y diga: ‘Soy Diego Luna, no
puedo ser tu candidato, pero te digo que votes por el X diputado…’. Es
muy peligroso porque no faltará quien desvirtúe el movimiento y diga
que todos los jóvenes somos de determinado partido. Por eso mejor
difundir que votaremos por muertos... ¡Así no hay pierde!”
Ese blog se ufana de que a esta iniciativa se han sumado otros
espacios en internet, entre ellos Ciudadanos en Red, que en efecto
reproduce la convocatoria. Lo paradójico es que esa iniciativa forma
parte de Metrópoli 2025, cuyo consejo directivo preside Demetrio Sodi,
candidato panista a delegado de Miguel Hidalgo.
Los “anulistas” coinciden con los abstencionistas en que todas las
opciones son inaceptables, pero no comparten su pasividad e
indiferencia.
“Levantarnos a anular nuestro voto nos convierte en ciudadanos
ejerciendo el derecho de rechazar a los partidos y sentar las bases
para construir una mejor democracia”, establece el movimiento
“políticos nulos, votos nulos”.
Por su parte, en su blog “Anúlalos”, Germán Petersen, estudiante de la
licenciatura en Ciencias Políticas del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Guadalajara y ganador del
primer lugar del Certamen Nacional Juvenil de Ensayo Político 2007,
expone las diferencias entre anular el voto y abstenerse:
“Para nada es nuevo que muchos mexicanos no se presentan a votar el
día de las elecciones con el pretexto más burdo que uno se pueda
imaginar. El abstencionismo consciente como forma de protesta corre el
riesgo de perderse entre ese grupo de personas que por flojera,
desidia o cualquier otra razón sin sentido, simplemente no se
presentan a votar. Además, la cifra de abstencionistas varía mucho de
elección a elección; en cambio, el porcentaje de votos nulos
prácticamente nunca ha rebasado el 2.5% en el estado. Vayamos a votar,
pero de una forma que transmita nuestro descontento. La anulación es
la mejor que podemos encontrar.”

Traición a la patria

A la discusión entre los promotores de la abolición del voto, de
extendida presencia en la red –que focaliza su público clasemediero,
si bien se han impreso volantes que se distribuyen en algunas
ciudades–, se han sumado analistas que ponderan el fenómeno y aun
políticos como la experredista Rosalbina Garavito.
El más tenaz promotor del voto nulo es José Antonio Crespo, miembro
del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y autor de
rigurosas indagaciones electorales como Hablan las actas. Las
debilidades de la autoridad electoral mexicana, quien sostiene que
anular el voto no significa apatía, sino rechazo activo y deliberado a
todos los partidos.
“Es lo que suele llamarse ‘abstencionismo activo, o cívico’, pero que
fácilmente puede confundirse con el abstencionismo apático o
indiferente si no se plasma en una boleta anulándola con claridad”,
escribió Crespo en el diario Excélsior el 18 de mayo, al recordar que
la legislación mexicana no considera el voto en blanco, como en varias
democracias.
Se trata, explicó, de un espacio en la boleta, creado como una opción
legítima y especial para quien quiera votar “ninguno”. “Habrá que
empujar que en adelante se incluya ese derecho (que en general, aun
los ‘participacionistas’ reconocen como menos perjudicial
institucionalmente que sólo abstenerse de ir a las urnas)”.
Al respecto, Hinojosa afirma que, mientras no exista en México el
espacio para votar por “ninguno”, es preciso anular el voto como señal
de repudio al sistema actual, “que es una jaula de oro democrática,
una gran simulación”, y la sociedad no tiene opciones.
Al margen de militancia partidista, Hinojosa dice que ha “apostado”
todo su capital político a esta iniciativa que va más allá del rechazo
que se manifiesta a través de la abstención, que a los políticos no
les importa.
“Vamos a demostrar que habemos muchos que ya le estamos dando la
espalda al jueguito, porque no está dando resultados –afirma–. Un
éxito excepcional en Puebla sería que 10% de la gente anulara su
voto.”
Pero este viernes 29 sobrevinieron reacciones: el Partido Nueva
Alianza acusó a Hinojosa de que, llamando a anular el voto, promueve
acciones contra el proceso electoral previstas en el artículo 345 de
la ley electoral federal, cuyo castigo es una multa de hasta 500 días
de salario mínimo, y Sergio Cházaro, consejero local del IFE, afirmó
que esa campaña atenta contra los fundamentos de la democracia.
El político poblano dice que son señales “muy raras”, porque además se
le acusa de querer ser candidato: “Es una visión muy tonta. Ya fui
candidato y este no sería mi camino para volverlo a ser, ni siquiera
es seguro. No conecta una cosa con la otra. Lo interesante aquí es qué
va a hacer el IFE. Tiene de dos: desechar o imponer la multa. Deberían
desecharla, pero ¿me van a agarrar de caso ejemplar para que no se
insubordine la ciudadanía?”.
También en Jalisco ha habido reacciones adversas: el presidente del
órgano electoral, David Gómez, desautorizó la nulidad del voto, y la
campaña fue calificada por el exgobernador Ramírez Acuña como
“cobardía” y “acción contra México”, expresión semejante a la del
cardenal Juan Sandoval: “No hace labor de patria”.
Al respecto, el activista potosino Noel Algara dice: “¿Anular el voto
convierte en un criminal democrático? No. Muy al contrario, lo
convierte en un ciudadano modelo, que no rechazó sus deberes y
obligaciones. Pero cuidado, hay opiniones que realmente ‘matan a la
democracia’ y un cardenal que las expresa”.
Páez Agraz reflexiona: “Anular es un derecho constitucional que el
Estado nos debe garantizar. Estas declaraciones evidencian que los
políticos y líderes formales no han desarrollado comportamientos
democráticos. La democracia es un vehículo que funciona con
demócratas; de izquierda, derecha o centro, pero demócratas”.
–¿No se corre el riesgo de que, luego de las elecciones, se diluya el
movimiento y, después de lo que podría ser un “desahogo”, venga la
frustración?
–Si esto se diluye será cierto que los ciudadanos tienen el gobierno
que se merecen. Nosotros creemos que se puede tejer una red social que
se convierta en escuela de ciudadanos. Los ciudadanos tenemos que
preocuparnos por nuestro país.

Los votos del desprecio


Pedro Mellado
1 Jun. 09

En los resultados de la encuesta nacional que MURAL publicó el pasado viernes 29 de mayo, en la cual el PRI tiene el 37 por ciento de aceptación contra el 31 por ciento del PAN, surgieron dos datos particularmente interesantes: sólo el 41.7 por ciento de los ciudadanos entrevistados manifestó interés por acudir a las urnas el próximo domingo 5 de julio, y uno de cada 10 confesó que está considerando seriamente la posibilidad de anular su voto en franco rechazo a todos los partidos políticos y a todos los candidatos.

Si tomáramos como referencia esos indicadores, sobre la base de la Lista Nominal de Electores en Jalisco, validada el pasado viernes por el Instituto Federal Electoral (IFE) en 5 millones 133 mil 870 ciudadanos con credencial para votar, el 41.7 por ciento que parece dispuesto a acudir a las urnas equivaldría a 2 millones 140 mil 823 personas.

Sobre este universo de potenciales votantes, el 10 por ciento de quienes podrían estar dispuestos a anular su voto en Jalisco representaría a 214 mil 82 ciudadanos.

Para que usted tenga una idea de lo que esto significa, habría que considerar que todos los partidos que están en la contienda requieren de por lo menos el 3.5 por ciento de la votación captada en las urnas para conservar su registro en Jalisco y tener derecho al financiamiento oficial local, lo que pueden lograr con sumar 74 mil 928 votos en toda la entidad.

La importancia relativa de esos 214 mil 82 potenciales votos nulos es que serían equivalentes al total de sufragios que necesitarían candidatos como Héctor Vielma Ordóñez, del PRI o Luis Guillermo Martínez Mora, del PAN, para aspirar a ganar la Presidencia Municipal de Zapopan.

En 2003, por ejemplo, Arturo Zamora Jiménez, del PRI, obtuvo la Presidencia Municipal zapopana con 143 mil 776 votos; mientras que en 2006 la victoria del panista Juan Sánchez Aldana Ramírez se escrituró con 219 mil 327 votos.

Sobre una Lista Nominal Electoral que en el país representa a 77 millones 481 mil 874 ciudadanos, una participación del 41.7 por ciento significaría que acudirían a las urnas 32 millones 309 mil 941 personas. El 10 por ciento de votos nulos potenciales en todo el país equivaldría a 3 millones 230 mil 994 sufragios.

Esta cifra es impresionante si tomamos en cuenta que los partidos políticos necesitan obtener sólo el 2 por ciento de la votación en todo el país para conservar su registro nacional.

El voto nulo sería una severísima muestra de rechazo, que obligaría a los partidos políticos y a sus diputados federales a analizar con toda seriedad la necesidad de incluir en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos disposiciones para la realización de una segunda vuelta en los procesos electorales, cuando los sufragios anulados sumen más que los logrados por los candidatos inscritos para la contienda en cuestión.

Por supuesto, en esta segunda vuelta tendrían que contender candidatos diferentes o repetir sólo aquellos que hubiesen negociado alguna coalición entre dos o más partidos.

En una situación de esta naturaleza, se le podría exigir a los legisladores federales que incluyeran también en la Constitución el procedimiento para la revocación de mandato a mitad de periodo, para que pudiera aplicársele a diputados, alcaldes, gobernadores o presidentes de la República que fueran evidentemente ineptos, negligentes, frívolos o corruptos. Sólo con respuestas de esta naturaleza podrían recuperar la confianza de los ciudadanos.


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