domingo, 26 de abril de 2009

Discurso en el Zócalo

Andrés Manuel López Obrador


Por lo que a mí respecta, he decidido apoyar, a título personal, a los tres partidos, pero lo haré de manera diferenciada. Hasta el momento he definido, por ejemplo, ayudar en Chiapas, Oaxaca y Veracruz, a los candidatos de la Coalición Salvemos a México; y en Tabasco y en el Distrito Federal a los del PRD.

Mi respaldo al PT y a Convergencia se debe a que estos partidos no sólo formaron parte en el 2006 de la Coalición por el Bien de Todos, sino que después del fraude, han actuado de manera solidaria con nuestro movimiento…
Pero en ningún momento se ha llamado a la anulación del voto.


A partir de argumentos y diagnósticos ampliamente válidos, los promotores del voto inútil concluyen en una propuesta cómoda, con beneficios personales cortoplacistas, que a mediano y largo plazo producen resultados contrarios a los que se dicen buscar. La propuesta beneficia sólo a la derecha y a sus comparzas . Esta obviedad se explica por sí misma.

La argumentación indiscutible provoca confusión y adhesión de buena fé de unos, mientras que “troyanos” oportunamente aprovechan las cómodas condiciones que ofrece esta propuesta para atomizar la respuesta social.

El voto inútil es una propuesta cómoda en la medida de que expresa una satisfacción personal; “vengarse de un sistema perverso” en el anonimato de la casilla sin mayor compromiso. Propuesta tan cómoda y eficaz como la abstención que ganan más fácilmente consenso en la población contra toda otra oferta que implique pensar, y trabajar.

Después de la elección nadie dará la cara por los votos nulos, y como siempre sumados al abstencionismo perpetuarán el sistema.

En sí en el fondo el “voto inútil” es una solución suicida. Con la misma carga argumental en pro y contra del suicidio.